En el sur de la Ciudad de México, una lavandería espera las tormentas como agua de mayo. Mezclado con detergente y suavizante, el líquido que descargan las nubes en temporada de lluvia permitió ahorrar a este negocio el año pasado hasta un millón de litros de agua, el equivalente a unos 50 mil pesos.
“Lo interesante es que durante casi 25 días de cada mes (en época de lluvia) cerramos la llave de la red y únicamente nos alimentamos con esa agua. El año pasado la temporada fue más o menos de abril a octubre”, detalla Israel Aguilar, dueño del establecimiento.
“Los otros cinco días abro la llave de la red y es donde completo mi sistema de captación de agua para dar el servicio”.
Agrega que además de ser económicamente factible, recuperar agua pluvial le ha dado mucha independencia.
“Cuando de repente disminuye la presión de agua en la Ciudad de México yo tengo, durante la temporada de lluvia, libertad de tener la que me está dando el cielo. Y también contribuyo a que el agua que no estoy utilizando durante esos meses le llegue a la gente que realmente lo necesita en lugares como Iztapalapa”, comenta Aguilar.
Antes de adecuar la lavandería para operar de esta forma, en el periodo lluvioso requería entre 5 y 10 mil litros al día para lavar. Después de la instalación del sistema, sólo usa entre 300 y 500 litros de la red.
Además de las 20 lavadoras con las que cuenta, los mingitorios y el wc de la lavandería también ocupan el agua de lluvia para funcionar.
Cuando Aguilar se animó a contar con este sistema se puso en contacto con Isla Urbana, asociación donde tomó un curso sobre cómo captar el agua.
“Tengo el proyecto y, si alguien me lo pide, con mucho gusto se lo regalo. Lo interesante es que una vez que ya lo instalas en la primera lluvia empieza a funcionar”, afirma.
Solicita modificación a la ley
Aunque su factura se reduce drásticamente en algunos meses, a Aguilar le siguen cobrando una cuota fija, que es la media de la zona.
“Al dejar de consumir agua durante los meses de lluvia nos llegaban facturas de alrededor de tres mil o cuatro mil pesos. Levantamos algunas quejas al Sistema de Aguas de la Ciudad de México, pero nos explicaban que tenían que convencerse de que no estábamos usando agua”, señala.
“Cada semana o cada tercer día nos enviaban inspectores porque no creían que estábamos disminuyendo nuestro consumo. Al no creernos, pensaron que estábamos robando agua. Me mandaban a cambiar los medidores, como que no le entendían”.
Por ello, Aguilar propone que se modifique la Ley del Sistema de Aguas de la Ciudad de México para que se incorpore el tema de la captación pluvial y no se cobre un consumo medio, sino lo que realmente se utiliza.
Miran al cielo
En la época de lluvias del año pasado la lavandería ahorró un millón de litros de agua, el equivalente a unos 50 mil pesos.
- El agua pluvial se capta en el techo.
- Llega a un primer filtro de grava y carbón activado que remueve partículas grandes del medio ambiente.
- El líquido cae, por gravedad, a dos cisternas y se deja sedimentar durante 12 horas.
- Mediante una bomba, el agua se dirige a otros dos filtros con grava y carbón activado que retienen las partículas más pequeñas.
- Posteriormente se dirige a un dispensador de cloro que elimina las bacterias que pudiesen haber quedado.
- El agua limpia y cristalina se almacena en las cisternas tres y cuatro, y de ahí pasa a un hidroneumático que la direcciona a las lavadoras.
Ingenio ahorrador
Una de las principales ventajas de este sistema es la independencia que se adquiere cuando disminuye la presión de agua en el DF.
25 días al mes aproximadamente en época de lluvias no usan el agua de la red
300 a 500 litros de agua de la llave ocupan ahora cuando llueve
5 mil a 10 mil litros gastaban en el mismo periodo antes de instalar el sistema
20 lavadoras hay en el local comercial
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